Mediterráneamente
La trilogía Mediterránea: PAN, ACEITE Y VINO
La antigua palabra griega diaita, de la que deriva dieta, significa estilo de vida equilibrado, y exactamente esto es lo que es la Dieta Mediterránea. Va más allá de una manera de comer, es una forma de vida saludable.
Es una herencia muy valiosa que hemos recibido las regiones del Mar Mediterráneo, basada en la variedad y la simplicidad de las comidas, utilizando productos frescos de temporada y autóctonos.
A lo largo de milenios los pueblos mediterráneos han ido evolucionando, acogiendo e incorporando sabiamente, nuevos alimentos y hábitos que legaban de otras culturas. Iberos, Celtas, Griegos, Romanos, Bárbaros y Árabes, todos han contribuido a establecer la actual “trilogía mediterránea” de pan, aceite y vino.
Desde el Próximo y Medio Oriente llegaron los cereales, las legumbres, la zanahoria, la cebolla, los ajos, la ciruela, el melocotón, el cerezo, el albaricoque, el manzano, el peral, el nogal, el avellano y el castaño. De Europa provienen la remolacha, la achicoria, la col y los espárragos; de Lejano Oriente, los garbanzos, el sésamo, el pepino, la berenjena, la mostaza, la albahaca, los cítricos, el mijo de India; del Sudeste asiático y Oceanía el arroz, el romero, la pimienta, el sésamo, el cardamomo, el jengibre, la albahaca, el pepino, la sidra, la caña de azúcar; de África, el melón, la sandía, los dátiles; y de América, el maíz, la judía, la patata, el tomate, el pimiento, el calabacín, la calabaza. Pocas comidas mediterráneas serían imaginables sin estas aportaciones. Gracias a estas mezclas y aportaciones, se configuró uno de los modelos alimentarios más saludables del mundo, nuestra dieta Mediterránea.
¿Qué la hace tan saludable?
Su bajo aporte en grasas saturadas y su alto aporte de grasas monoinsaturadas, su alta concentración en vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra. Es el equilibrio perfecto.
La Dieta Mediterránea se caracteriza por la abundancia de alimentos vegetales, como pan, pasta, arroz, verduras, hortalizas, legumbres, frutas y frutos secos; el empleo de aceite de oliva como fuente principal de grasa; un consumo moderado de pescado, marisco, aves de corral, productos lácteos (yogur, quesos) y huevos; el consumo de pequeñas cantidades de carnes rojas y aportes diarios de vino consumido generalmente durante las comidas.
La Dieta Mediterránea ha sido, y continua siendo, un patrimonio cultural evolutivo, dinámico y vital.
¿Qué os propongo? Una cena mediterránea de temporada en el restaurante Guana.
Para picar y compartir: Berenjena con Tempura con Tomate y Albahaca; Pimientos del padrón con Flor de Sal; Coca de Folgueroles con Tomate
Como plato principal: Pescado de mercado, os recomiendo alguno de temporada lubina, bacalao, bacaladilla, bonito… acompañado de patatas, cebolla y tomate
No puede faltar un un buen vino tinto
Feliz cena
Comentario es muy interesante ir sabiendo la historia de todo tipo de alimentación
Gracias!