11 horas de avión y sin maletas.

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Esta semana he tenido el placer de impartir como miembro de Nutritional Coaching, la Certificación de Coaching Nutricional, junto con Jaume Giménez en Quito, Ecuador. Siempre es un placer compartir conocimientos con compañeros de profesión y ver las distintas realidades del planeta. Pero no os quería hablar de esto. De lo que quiero hablar en este post, es sobre que hay en los aeropuertos y los aviones. Y lo que pasa cuando llegas y no tienes tus cosas, cómo lo gestionas. Allá voy.

descarga6.30 am Despertador-Vaso de agua-Ducha-Preparar un bocadillo de aguacate y rucula-Vaso de agua-Maletas-Dirección aeropuerto de Barcelona.

8.30 am Cola para facturar maletas-La barriga empieza a rugir, por suerte tengo el bocadillo- Momento de comérselo.

9.00 am Pasar el control de seguridad y adentrarte en el inmenso mundo de las tiendas y bares del aeropuerto. Este espacio llama al consumismo a gritos. Todo inditex está en el aeropuerto, el dutty free lleno de colonias, cremas y toblerones gigantes. Los restaurantes llenos de “ofertas” de desayuno (lo pongo entre comillas porque para mi una oferta no es un zumo + un café + un bocadillo chuchurio, por 8 eurazos). Dentro de este mundo, has de tener la cabeza firme y saber escoger lo que más te conviene.

IMG_01939.30 am Justo antes de entrar delante de la puerta de embarque- Un café con un bol de frutas (¡carísimo por lo que es!, pero a veces has de plantearte, ¿pago menos y como mal, estropeando mi salud o por el contrario pago algo más y me siento mejor?). Una botellita de agua y para dentro. Primera parada Madrid.

11.30 am Aeropuerto de Barajas – Ahora toca cambiar de terminal, ya va bien caminar un poco y estirar las piernas porque esperan 11 horas de vuelo.

12.30 am Embarcar dirección Quito.

12.50 am Despegamos.

IMG_019613.45 am Al fin, pasa el carrito de la comida. Aquí ya tenía un hambre que me hubiera comido lo que fuera, sin duda, hambre física en toda regla. (si me ponen lentejas como lentejas, si me ponen guisantes, guisantes o si me ponen albóndigas como albóndigas). Y definitivamente tocaban albóndigas. Cuando te traen esa bandejita, no esperas comer el manjar de tu vida la verdad, pero deseas que por lo menos no sea asqueroso. Entonces abres la tapa, con miedo y cuidado de que no salga nada extraño y descubres lo que hay para comer. En este caso toco albóndigas, si miráis la foto se ven vegetales cosas sorprendente, hay un mini bol de judías verdes y con las albóndigas (que no quiero saber de que eran ni llevaban) había un poco de zanahoria y 4 guisantes. Pero el resto era denunciable, harinas refinadas, mantequilla, crema para el café y una bomba de azúcar de postre, que te acabas comiendo porque no has podido frenar el hambre con lo que había en la bandeja. Luego para acabar de rematar, te dan un café, que no se le puede llamar café. Siempre digo lo mismo, en el próximo vuelo no pido café, el te está más bueno, pero no se porque siempre tengo la esperanza de que hayan mejorado. (Y al beberme el café me digo: – Lara, esto no pasará jamás!)

Des de aquí hago una petición tanto a los catering y a las empresas de café, por favor, hacerles ofertas atractivas a las aerolíneas para que comer en los aviones no sea un horror. Pobres pasajeros, con lo que pagamos y sobretodo me parece indecente que el  personal de vuelo, coma eso cada día! Por favor, que alguien haga algo por ellos y por todos los que volamos!IMG_0197

Aquí ya perdí la cuenta de las horas, no se si iba en horario español o ecuatoriano, así que no sé sobre que hora era, pongamos…

4 pm Aparece de nuevo el carrito con un tentempié: Un sándwich de jamón y queso, con mantequilla. Por favor, no le pongáis mantequilla a la cosas, existe el ACEITE DE OLIVA. Y como la mantequilla, no me gusta nada (y no desde que estudio nutrición, desde nunca, mi familia lo puede corroborar), comí un mordisco y lo dejé. Así que fui a preguntar al personal si por casualidad tenían algo de fruta u otra cosa y me dijeron: “-Sí, tenemos zumo”. A ver, el zumo, NO ES FRUTA. Obviamente no conteste esto, le dije: – no gracias. ¿Otra cosa? Y al fin rescate unos cacahuetes.

(entre tanto y tanto, vasitos de agua para ir hidratándote)

IMG_01988 pm Aparece de nuevo el carrito, en teoría es la cena. Y te traen una caja roja, del tipo caja roja de bombones, y al abrir la caja, sorpresa: entre un mundo de cosas ricas en azúcar y grasa, aparece este yogur. ¡Me supo a gloria bendita!

9.30 pm Llegada a Quito- Control de aduanas-Cinta de recogida de maletas.

9.50 pm Suena por megafonia: -Srta. Lombarte, diríjase al mostrador de equipajes de Iberia. Y cuando una compañía aérea te llama para ir a su mostrador, no es para regalarte un vuelo a las islas Galápagos, sino que sabes que algo ha sucedido con tu equipaje. Y efectivamente, mis maletas estaban en Madrid. Y aquí, aparecen 2 opciones:

  1. Enfadarse, gruñir, gritar, cabrearse, decirle el nombre del X a la chica del mostrados y volverte a enfadar todavía más e irte para el hotel con un mal sabor de boca impresionante y sin maletas.
  2. Parar, pensar, ser consciente de que puedes hacer y llegas a la conclusión de que lo que puedes hacer es NADA, así que mejor escuchar a la chica del mostrador y atender a ver que cosas pasaran a partir de ahora. Y te vas al hotel, sin maletas y pensando bueno, el lado positivo es que el avión a llegado, que estas entera y que lo más importante que llevabas en el viaje sigue estando contigo, y lo más importante era YO. Hasta aquí, incluso cuando llegas al hotel y lo explicas, puede resultar incluso gracioso, pero cuando al día siguiente sigues sin maleta a las 10 de la noche, el pensamiento positivo se va deteriorando y empieza a salir el instinto cavernícola y entonces no respondes a de tus actos….

He de decir que me sorprendí gratamente de la reacción que tuve en el aeropuerto, en otro mindfulness_poster_UKmomento, mi instinto cavernícola hubiera salido desde el minuto 0, pero desde que tomas en cuenta y en consideración que la meditación, el parar la mente y la atención plena tiene efecto positivo en ti, te das cuenta de que sabes gestionar mejor las cosas y que te sientes mucho mejor.

CONCLUSIÓN:

  1. Llevar con vosotros algo sano en el bolso o la mochila. Tipo: frutos secos, una manzana, unas tortitas….algo.
  2. Llevar siempre en el equipaje de mano, una muda, el cepillo de dientes, pasta de dientes, maquillaje, algo para sobrevivir al día siguiente.
  3. Practicar algo de Mindfulness o atención plena durante el vuelo, por si al llegar al destino no tenéis maletas, será mucho más fácil de controlar al instinto cavernícola.

Y hasta aquí el relato de mis once horas de vuelo y sin maletas.

PD: Las maletas llegaron, tarde pero llegaron. Un refrán dice:

“Todo estará bien al final, si no está bien entonces NO es el final!.”

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