Hoy a día 14 de diciembre, puede parecer raro aquel que no haya probado un trozo de turrón o no haya quedado para hacer una cena o comida de navidad. Pero es realmente así, ¿es realmente él el raro o lo son los demás?.Esto tan solo es una pequeña reflexión que he hecho mientras escribía este post. Pero a lo que iba….

De lo que quería hablar hoy es de estos dos momentos, la pre-navidad y la post-navidad, los cuales me parecen muy curiosos en lo que se refiere al comportamiento de la raza humana, primero porque hay un cambio de conducta en muy poco espacio de tiempo, tan solo pasan unas pocas semanas entre ellos y otra es por el cambio tan radical entre estas dos situaciones. En el post de hoy os voy a describir cada uno de estos dos momentos bajo mi humilde opinión, allá van.

PRENAVIDAD:

Momento en el cual, el consumismo se incrementa de una manera estratosférica, ya sea en las compras prenavideñas (#blackfriday #cybermonday #shoppingnight …), en los mercado de navideños (Santa Lucía, Palo Alto Market, Lost and found…) o en las rebajas de enero, donde acabamos comprando cosas de más que seguramente no necesitamos. Con esto no digo que no se hagan regalos de navidad, ni mucho menos, digo que tal vez deberíamos de ser conscientes de qué compramos, para qué lo compramos y para quién lo compramos.
Además del consumismo material de regalos para los seres queridos, aparece el consumismo excesivo en los supermercados. No sé cual es el motivo concreto por el que la gente compra el doble de lo que necesita.

Yo pregunto, ¿Si sois 10 para la cena de Noche Buena, para qué compráis 10 barras de turrón? ¿A caso os vais a comer una barra por persona? Pensad que durante el periodo de las vacaciones de Navidad, vuestra capacidad gástrica (es decir, lo que os cabe en vuestro estomago) es el mismo que el día 20 de abril, no aumenta la capacidad por el mero echo de que sea diciembre. No forcéis a vuestro estómago os lo agradecerá. En estas fechas la gente pasa de controlar lo que come, se abandona bajo esta el paraguas de esta famosa frase: Propósito para el año que viene, ADELGAZAR!

No dejemos de banda el alcohol, porque es uno de los protagonistas de estas fechas. Parece que si alguien en la mesa de Navidad no acaba un poco piripi, no es Navidad. Tened control con lo que bebéis, yo os recomiendo esta regla de tres: por cada 3 vasos de agua 1 de vino. No dejéis de leer este post de Juan Revenga.

Y otra de las cosas que más me sorprende, es que la gente durante las Navidades, deja de practicar deporte y actividad física. Durante estas fechas vas al gimnasio y parece un desierto, puedes escoger la taquilla que más te apetece, puedes estar en las maquinas el rato que quieras, no has de coger número para tener bici en la clase de spinning.

¿Qué pasa que se paralizan las extremidades en estas fechas? Seguid moviendo el cuerpo, (sólo tenemos uno) él os lo agradecerá.

No entro más en este comportamiento de exceso, de abuso, de pasotismo y de despilfarro. Para aquellos que no podéis controlar estas conductas de excesos alimentarios, os recomiendo sin duda, que os leáis este post, 10 Tips para hacer las paces con la comida en Navidad, de Yolanda Fleta (no tiene desperdicio). Y con esto ya voy a por la segunda situación.

POSTNAVIDAD:

A día 8 de enero, una vez ya han empezado los colegios, parece que todo vuelve a la normalidad y se inicia la contrapostura de todo lo comentado antes.
Restricción en las compras, después de las rebajas, ya no se compra nada de nada, se acabo, la tarjeta se mete en el monedero y no sale hasta el mes de febrero.
En relación a la comida, empiezan las locuras alimentarias, se inician dietas absurdas que dañan la salud, para arreglar los destrozos hechos durante las fiestas. No creéis que es mejor no destrozar nada y así no tener que arreglarlo. Como dice el viejo refrán, “no es más limpio quien más limpia sino quien menos ensucia“, reflexiona como puedes aplicarlo en relación a tu alimentación.

Como se han cogido grandes cogorza, el alcohol queda relegado a último plano, cosa que ya está bien.

Y de repente, los gimnasios se inundan de gente, como si fueran las rebajas del Corte Inglés, y la gente empieza a hacer actividad física de manera desmesurada para poder reducir el peso cogido durante estas fechas. Eso si de la multitud que hay la segunda semana de enero, tan solo queda un 50% en el mes de mayo.

Así pues en esta segunda situación, aparece la restricción, la penitencia y la culpa.

Pero, no pensáis que es mejor hacer os RESPONSABLES durante las fiestas de vuestras conductas en lugar de luego sentir os CULPABLES por ellas.

Si no quieres que hayan estos dos contrastes tan grandes entre la pre y la post navidad. Procura durante las Navidades moderar lo que comes y bebes, mantener la actividad física y disfrutar de la compañía que tienes en lugar de centrarte únicamente en la comida, verás que empezarás la vuelta a la rutina de manera más positiva y sin esa sensación de culpa.

¡Felices Fiestas!